Bitácora.

Arribando al Portal del Norte de Transmilenio, el cielo en Bogotá recordaba la llegada inminente del invierno, una ciudad gris, fría, pero familiarmente peligrosa, una ciudad que nunca duerme. Mientras pasaban las estaciones de norte a sur.  Mazurén, Alcalá, Prado, Calle 85, Marly,  Se visualizaba la Bogotá del norte “moderna”, los barrios contemporáneos. Desde la Avenida Caracas  la agresividad  e impunidad de la calle se podía casi respirar, Calle 57, 45, Pro familia y Av. Jiménez marcaban el inicio de la otra ciudad que  muchos la viven como  cotidiana, y  otros que ignoran la existencia de la misma.

Finalmente llegamos al museo del oro, lo primero que llama la atención de esta estación del sistema, que queda en la Avenida Jiménez con carreras  sexta y séptima. Es la inmediata diversidad de clases sociales reunidas en un solo espacio. Clase media, alta, baja, fuerza pública, indigentes, etc.

De ahí empezamos nuestro camino hacia la calle 11 con 4, hacia la biblioteca Luis Ángel Arango.  Esta biblioteca Pública,  es la más importante del país, apenas la visualizamos pudimos entender por qué.  Grandes paredes blancas,  puertas de vidrios, la cercanía con el museo del oro y la casa de la moneda daban a este espacio cultural dentro de la ciudad, una especie de aura Bohemia.

La Hemeroteca de la biblioteca tiene la particularidad de tener los periódicos más representativos a lo largo de historia en Colombia. Ejemplares de periódicos como el  Alacrán, La constitución feliz, El Redactor Americano, decoran las paredes amarillas y el techo cristalizado acogía un sinfín de mesas, que acumulaban conocimiento a cada segundo.

Solicitamos en la esquina derecha de la sala, en donde se encuentra el punto de préstamo de todo tipo de archivos, nuestro periódico elegido,  El redactor americano. En este sitio se podían encontrar  Revistas, libros, periódicos, y videos acumulados a lo largo de la historia colombiana. Finalmente la persona encargada nos dio una especie de rollo de fotografía pero un poco más grande, y teníamos que aguardar turno  para verlo en un aparato especializado.

Recorrimos varios ejemplares del periódico creado por Don Manuel del Socorro Rodríguez, los acontecimientos de la Nueva Granada, el contexto político-económico en el  que se vivía. Después de algún, recogimos nuestros objetos en los imponentes casilleros y proseguimos a visitar algunos otros sitios de interés en el centro. La casa de la moneda, Museo Botero, Museo del oro  y el siempre tradicional Museo Nacional. Observamos rápidamente algunas exposiciones permanentes, seguido de un café en  Juan Valdez.

A la salida del Museo, la tarde caía en el centro de la ciudad, como consecuencia y casi por arte de magia, coincidimos con una salida de clases de la Universidad Distrital, el camino hacia la estación de transmilenio resultó una travesía, la lluvia azotó con furia las calles, los taxis y los buses estaban desbordando su capacidad, infortunadamente, tuvimos un encuentro inevitable con un indigente un tanto agresivo, de esos que abundan en el centro, sur, norte y occidente de la ciudad. En encuentro  no paso a mayores gracias a un escuadrón de PM  que estaba rondando  atento.

Llegamos finalmente a la estación, donde tomamos un articulado devuelta al portal de norte. El lunes siguiente nos reunimos en la Universidad, retomamos la información investigada del periódico, e iniciamos a armar el blog, en la biblioteca no pudimos encontrar archivos de video relacionados con el redactor americano. Ni siquiera en la útil herramienta que resulta  el internet, únicamente en  un video de YouTube logramos encontrar algo relacionado, el video tenía importante información con fines educativos.